El mediodía del 8 de marzo, a pesar de la alta temperatura, cientos de mujeres de distintas edades se congregaron en la avenida Lázaro Cárdenas de Xalapa para participar en la primera de dos marchas convocadas en la ciudad. Con una nueva ruta marcada en el recorrido, las manifestantes expresaron sus demandas inalterables: erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y lograr la pronta aplicación de las leyes que las protejan. La jornada se presentó como un acto de denuncia y reivindicación, en el que el acceso a la justicia se convierte en una prioridad urgente.

Desde el inicio de la marcha, las participantes dejaron en claro que no basta con contar con leyes para sancionar la violencia contra las mujeres si el Estado y el sistema de justicia no cumplen su función. Con megáfonos en mano, algunas se pronunciaron a favor de una reparación integral del daño, exigiendo que se haga valer la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Veracruz, así como la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley de Víctimas. La nueva ruta simboliza un cambio en el trayecto, pero la meta sigue siendo la misma: visibilizar y combatir las desigualdades y violencias que afectan a las mujeres en la sociedad.

En otra convocatoria en una localidad de Guanajuato, madres de mujeres desaparecidas marcharon hacia el Palacio Municipal para instalar un memorial en honor a las víctimas. Durante el recorrido, las lágrimas se mezclaron con consignas, y una madre expresó con dolor: “Mamá, no quiero crecer ni morir”, reflejando el profundo temor de que sus hijas menores sean víctimas de desaparición forzada. Estas madres, integrantes del Colectivo Madres Guerreras, portaron fotografías y mensajes de desesperación, reclamando justicia y una atención inmediata a las denuncias de desapariciones y feminicidios.

El Colectivo Madres Guerreras de León inició su marcha a partir del Arco de la Calzada por el corredor Madero, avanzando con determinación hacia la Plaza de Los Mártires del 2 de Enero. Allí, colocaron un memorial y realizaron un pase de lista en memoria de las 15 mujeres desaparecidas de las que se han reportado, de las cuales cuatro han sido encontradas sin vida. Martha Cruz, representante del colectivo, relató que recibieron mensajes anónimos alertando sobre posibles nuevos casos, evidenciando la constante amenaza que enfrenta el sector.

En la capital, la Marcha del 8M en la explanada del Zócalo rompió récord con la asistencia de más de 200 mil mujeres. Los contingentes partieron de Paseo de la Reforma, portando pañuelos, carteles y pancartas que clamaban “Las quiero vivas” y “Vivas se las llevaron y vivas las queremos”. La marcha, organizada por diversas organizaciones de derechos humanos y colectivos de madres, incluyó la participación de familiares de víctimas de feminicidio, quienes mostraron su dolor y exigieron una respuesta inmediata de las autoridades para detener la violencia sistemática contra las mujeres.

En el transcurso del recorrido, se llevaron a cabo actos simbólicos y declaraciones públicas que reflejaron la urgencia de reparar las injusticias. Grupos como “Voces de Ausencia” y Amnistía Internacional se unieron a la movilización, mientras trabajadoras y madres expresaron su solidaridad, entregando flores a las policías como muestra de sororidad. La presencia de figuras emblemáticas, como la representación del diputado Cuauhtémoc Blanco, generó controversia y puso de relieve el complejo entramado de denuncias y reivindicaciones que atraviesan la lucha feminista en México.

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