Daniel Noboa y Luisa González se definieron como finalistas en una primera vuelta extremadamente reñida en las elecciones presidenciales de Ecuador, donde la diferencia entre ambos candidatos fue inferior a un punto. El resultado preliminar de la jornada electoral posiciona a Daniel Noboa, representante de Acción Democrática Nacional, y a Luisa González, de Revolución Ciudadana, como los dos contendientes para la segunda vuelta.

A la medianoche, con un 82.63 por ciento de escrutinio, los resultados indicaron que Noboa alcanzó el 44.54 por ciento de los votos, mientras que González obtuvo el 43.96 por ciento, lo que se traduce en una diferencia aproximada de 49,524 sufragios. Los otros 14 candidatos se repartieron el 11.42 por ciento restante de los votos válidos, consolidando un escenario muy ajustado.

En cuanto a su reacción, Luisa González se presentó ante sus seguidores y destacó que su movimiento ha roto con la votación histórica de la Revolución Ciudadana en la última década, resaltando el cariño y la esperanza que su partido representa para un pueblo que se siente olvidado. Además, llamó a la unidad política e invitó a aliados de otros movimientos, como el candidato de Pachakutik, Leonidas Iza, a sumar apoyos en la segunda vuelta.

Por otro lado, el ambiente oficialista se caracterizó por un hermetismo total, ya que los funcionarios y candidatos cercanos a Daniel Noboa evitaron cualquier pronunciamiento público. Los partidarios del candidato se congregaron en un hotel de lujo en el norte de Quito, donde se había previsto una celebración con artistas y una caravana en la zona comercial, pero finalmente la actividad fue discreta y se realizaron declaraciones solo desde los subsuelos del establecimiento.

La controversia se intensificó cuando una empresa de exit poll anunció a Noboa como ganador con el 50 por ciento de los votos, cifra que González desestimó como una maniobra más de su oponente. Ante esta situación, la candidata de Revolución Ciudadana insistió en esperar los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral y criticó la falta de transparencia en el proceso, implementando su propio sistema de control en las 41 mil juntas receptoras del voto.

En términos de campaña, Daniel Noboa, un presidente millennial de 37 años, ha optado por estrategias digitales y maniobras legales para consolidar su posición, mientras que Luisa González ha llevado una campaña más serena, enfocada en valores sociales y una fusión entre socialismo y catolicismo, acercándose a la base del expresidente Rafael Correa. Esta diferencia de estilos ha marcado el tono de la contienda, mostrando dos visiones muy distintas para el futuro de Ecuador.

Ambos candidatos enfrentan retos significativos en un país marcado por una deuda pública superior a 5,000 millones de dólares, crisis de seguridad y problemas económicos que exigen ajustes fiscales profundos. Además, la configuración de la nueva Asamblea Nacional, con ADN obteniendo el 45 por ciento de los asambleístas y Revolución Ciudadana el 38.45 por ciento, obliga a que cualquier eventual ganador negocie alianzas para garantizar la gobernabilidad.

La segunda vuelta, programada para el 13 de abril, definirá el futuro de Ecuador, y pondrá a prueba la capacidad de los electores para decidir entre un líder que ha irrumpido en el poder en tan solo 14 meses y una candidata que podría convertirse en la primera mujer presidenta del país. La elección marcará un punto de inflexión en el panorama político y económico de Ecuador, en medio de un escenario de profunda transformación.

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