China enfrenta un repunte de enfermedades respiratorias agudas este invierno, siendo el metapneumovirus humano (hMPV) uno de los principales responsables. Este virus, detectado por primera vez en 2001, afecta principalmente a niños menores de cinco años, adultos mayores y personas inmunodeprimidas, con síntomas similares a un resfriado común que pueden complicarse en infecciones graves como neumonía o bronquitis.
Las autoridades sanitarias chinas han reportado un incremento significativo en menores de 14 años desde mediados de diciembre, especialmente en provincias del norte. Este brote coincide con el invierno en el hemisferio norte y recuerda los primeros días de la pandemia de COVID-19, lo que ha llevado al gobierno a implementar medidas de vigilancia para identificar y controlar el avance del virus.
Los síntomas más comunes incluyen tos, congestión nasal, fiebre leve, y dificultad para respirar. En casos más severos, puede provocar bronquiolitis o hipoxia. Aunque el virus no tiene vacuna ni tratamiento antiviral específico, las medidas de prevención como el uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y evitar contacto con personas infectadas son claves para reducir el riesgo de contagio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha emitido un comunicado oficial sobre este brote, pero se mantiene atenta a la evolución de casos. Expertos señalan que aunque la mayoría de las infecciones son leves, es crucial proteger a las poblaciones vulnerables, incluyendo niños pequeños y personas con enfermedades crónicas como asma o EPOC.
Este repunte del hMPV subraya la importancia de fortalecer los sistemas de salud pública y estar preparados para futuras emergencias sanitarias. La vigilancia epidemiológica y la cooperación internacional serán esenciales para manejar eficazmente estas amenazas en el contexto global.