Un estudio reciente ha confirmado que la música puede ser una poderosa aliada en el manejo de la angustia y la agitación en personas con demencia, un trastorno neurodegenerativo que afecta a millones de personas en el mundo. Según la investigación, escuchar música o participar en actividades musicales no solo mejora el estado de ánimo, sino que también reduce significativamente los niveles de estrés en estos pacientes.

Expertos explican que la música estimula áreas del cerebro asociadas con las emociones y la memoria, incluso en personas que han perdido gran parte de sus capacidades cognitivas. Géneros musicales familiares o canciones significativas pueden generar un efecto calmante y reconfortante, al evocar recuerdos y promover una sensación de conexión emocional.

El uso de la música en terapias no es nuevo, pero este estudio respalda aún más su efectividad, especialmente en contextos de cuidado geriátrico. Instituciones especializadas están implementando programas musicales personalizados como parte del tratamiento para pacientes con demencia, obteniendo resultados positivos tanto en la reducción de episodios de agitación como en la mejora de la interacción social.

Sin embargo, los investigadores destacan que la elección de la música debe ser cuidadosa y adaptada a las preferencias individuales del paciente para maximizar su impacto terapéutico. Además, recomiendan combinar esta técnica con otros enfoques de cuidado integral para ofrecer una mejor calidad de vida a las personas con demencia y sus familias.

El estudio también subraya la necesidad de seguir explorando alternativas no farmacológicas para el manejo de este tipo de trastornos, especialmente en un contexto donde el envejecimiento poblacional está incrementando los casos de demencia a nivel global. La música, sencilla y accesible, se perfila como una herramienta clave en este desafío de salud pública.

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