El peso mexicano concluyó el 2024 con pérdidas frente al dólar, cerrando a 18.01 unidades por billete verde, según datos del Banco de México. Esta caída refleja una jornada marcada por la cautela en los mercados accionarios globales, que no lograron el esperado rally de fin de año.
Analistas atribuyen esta tendencia a factores externos, como las expectativas de una política monetaria restrictiva en Estados Unidos, y a un contexto interno de incertidumbre económica. A lo largo del día, el tipo de cambio osciló entre los 17.92 y los 18.04 pesos, consolidando una depreciación acumulada cercana al 2% en diciembre.
Por su parte, las bolsas internacionales también cerraron a la baja o con desempeños mixtos. En Estados Unidos, el índice S&P 500 registró una ligera caída del 0.3%, mientras que en Europa y Asia los resultados fueron igualmente moderados, reflejando el nerviosismo de los inversionistas ante la desaceleración económica global.
A nivel local, los expertos señalan que el desempeño del peso y de los mercados mexicanos podría mejorar en el 2025, siempre que las políticas económicas se mantengan estables y que el entorno internacional ofrezca mayores certidumbres. Sin embargo, advierten sobre los riesgos que representan factores como la volatilidad en los precios del petróleo y la lenta recuperación de sectores clave.
En contraste, otros indicadores económicos, como la balanza comercial, mostraron avances durante el año, sugiriendo que la economía mexicana mantiene cierta resiliencia. Aun así, los retos para el próximo año incluyen consolidar la recuperación interna y fortalecer la competitividad en un escenario global incierto.
La pérdida del peso al cierre del año subraya la importancia de políticas monetarias y fiscales prudentes, así como de estrategias que impulsen el crecimiento sostenido en el país. La estabilidad cambiaria será un tema crucial en la agenda económica de 2025.
