siel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, fue deportado este lunes por el gobierno de Estados Unidos a México, donde es buscado por graves delitos. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) informó que el capo fue entregado en la frontera de Tijuana, Baja California, y posteriormente trasladado al penal federal de máxima seguridad El Altiplano, en el Estado de México.
Cárdenas Guillén, de 57 años, enfrentará cargos en territorio mexicano por delincuencia organizada, delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Su deportación fue coordinada por la Oficina de Detención y Deportación (ERO) de Chicago y otras agencias estadounidenses, que subrayaron la importancia de la colaboración binacional en la aplicación de la ley.
El exjefe criminal había sido condenado en 2010 por la justicia estadounidense a 25 años de prisión y al pago de 50 millones de dólares tras declararse culpable de narcotráfico, lavado de dinero y amenazas a agentes federales. Permaneció recluido en el Centro Penitenciario Terre Haute, en Indiana, hasta su liberación en agosto de este año, cuando ICE tomó custodia para iniciar su deportación.
Durante su liderazgo, el Cártel del Golfo se consolidó como uno de los grupos criminales más poderosos de México. Cárdenas Guillén fue conocido por su brutalidad y por transformar el narcotráfico con tácticas hiperviolentas, como las decapitaciones, y la creación de Los Zetas, brazo armado conformado por exmilitares.
“Al devolver a este individuo peligroso a México, donde enfrenta cargos graves, damos un paso significativo para proteger nuestras comunidades y mantener el estado de derecho”, declaró Samuel Olson, directivo de la ERO de Chicago. La operación fue ejecutada sin incidentes a través del puerto de entrada de San Diego.
Osiel Cárdenas Guillén, apodado “El Mata Amigos”, fue capturado en 2003 en Tamaulipas y extraditado a Estados Unidos en 2007. Su regreso a México representa un capítulo clave en la lucha contra el crimen organizado, donde su figura aún simboliza una era de violencia extrema y el auge del narcotráfico transnacional.